La oncología veterinaria se ha convertido en una de las áreas de mayor crecimiento dentro de la medicina de pequeños animales. El cáncer es una de las principales causas de muerte en perros y gatos geriátricos, y se estima que casi la mitad de los perros mayores de 10 años desarrolla algún tipo de cáncer durante su vida.
Este panorama ha impulsado la necesidad de protocolos diagnósticos más precisos, terapias innovadoras y herramientas de gestión clínica que ayuden a los veterinarios a brindar un cuidado integral sin perder de vista la sostenibilidad de sus servicios.
Retos actuales en oncología veterinaria
En la práctica diaria, los médicos veterinarios se enfrentan a varios desafíos en oncología veterinaria:
- Detección temprana insuficiente: muchos tumores se diagnostican en fases avanzadas, lo que limita las opciones terapéuticas.
- Estadificación y protocolos variables: aunque existen consensos (p. ej., linfoma canino en la ACVIM), su aplicación no siempre está estandarizada en todos los centros.
- Expectativas de los tutores: cada vez más tutores solicitan tratamientos similares a los disponibles en medicina humana, lo que obliga a los veterinarios a actualizarse constantemente.
- Gestión de costos y tiempo: la oncología implica múltiples visitas, procedimientos y seguimiento prolongado, lo que impacta en la operativa de la clínica.
Estos puntos hacen evidente que la oncología veterinaria no solo exige conocimientos clínicos, sino también una organización eficiente de la información, los recursos y la comunicación con los tutores.
Avances terapéuticos relevantes
La oncología veterinaria ha evolucionado hacia un enfoque multimodal, donde se combinan distintas estrategias terapéuticas:
- Quimioterapia metronómica: uso de dosis bajas y continuas para inhibir la angiogénesis, con menos efectos adversos.
- Terapia dirigida: aunque en fase inicial en veterinaria, se explora el uso de moléculas contra vías específicas de señalización tumoral.
- Inmunoterapia: anticuerpos anti-PD-1/PD-L1 y vacunas personalizadas muestran resultados prometedores, pero la mayoría de las aplicaciones se encuentra aún en investigación.
- Electroquimioterapia (ECT): especialmente útil en tumores superficiales como el carcinoma de células escamosas felino, con evidencia creciente, aunque limitada a series clínicas y estudios no aleatorizados.
Estos avances no reemplazan a la cirugía, que sigue siendo el pilar principal en muchos casos, pero sí amplían las alternativas y permiten un manejo más adaptado a cada paciente.
Gestión clínica: el otro pilar invisible
Más allá de la parte médica, la oncología veterinaria exige organización y seguimiento meticuloso. Casos que requieren múltiples sesiones de quimioterapia, controles periódicos de laboratorio y comunicación constante con los tutores pueden desbordar fácilmente la capacidad de un equipo si no hay procesos claros.
Aquí es donde entra la tecnología. dodoZooft, un software veterinario de gestión permite:
- Registrar historiales de forma ordenada y accesible.
- Agendar tratamientos.
- Integrar costos e inventario para evaluar la rentabilidad de cada protocolo.
- Generar reportes que facilitan la toma de decisiones estratégicas.
Con herramientas así, los veterinarios pueden enfocarse en la parte clínica mientras mantienen la sustentabilidad de la práctica.
Futuro de la oncología veterinaria
La tendencia global apunta a una oncología veterinaria cada vez más cercana a la humana en términos de diagnóstico y tratamiento, pero adaptada a las particularidades de cada especie. Las líneas de desarrollo más prometedoras incluyen:
- Terapias celulares personalizadas.
- Biomarcadores de respuesta temprana.
- Integración de IA en diagnóstico y pronóstico.
- Plataformas de telemedicina oncológica.
Todo ello requerirá que las clínicas inviertan en capacitación continua, adopten tecnología de gestión y mantengan un enfoque de medicina basada en evidencia.
La oncología veterinaria representa un desafío clínico y organizativo de primer orden. Si bien los avances terapéuticos abren nuevas posibilidades, la clave sigue siendo la combinación de diagnóstico temprano, protocolos basados en evidencia y una gestión clínica eficiente.
El apoyo de herramientas como dodoZooft permite a los veterinarios no solo brindar tratamientos más organizados y sostenibles, sino también fortalecer la confianza con los tutores y garantizar un servicio de alta calidad.
En definitiva, la oncología veterinaria no solo se trata de combatir el cáncer, sino de integrar ciencia, tecnología y humanidad para mejorar la vida de los pacientes y el futuro de la práctica veterinaria.